Llevo años escribiendo.
A estas alturas ya estoy acostumbrado a intentar transmitir lo que vivo a través de este blog.
Pero hay momentos en la vida en los que quizá no baste con escribir. O leer.
Para entender, sería necesario estar presente, ver, oler, tocar, saborear.
Habría que estar con nosotros para entender los matices, los detalles, las miradas, los silencios, las risas.
Hemos estado de vacaciones.
Pero no fueron unas vacaciones típicas.
Cataluña en una autocaravana. Llevábamos dos años sin poder ir.
Juntos, como siempre, pensamos en todo.
"¿Qué te gustaría hacer, Teudis?". "Ver las estrellas en Mas Ventós".
"¿Y tú Anna?". "Ir al Parc Guell".
"Jordi, ¿tienes algún deseo?". "Bho...."
Preparamos la caravana antes de salir.
Todo el mundo limpiaba algo, cargaba agua o guardaba la ropa y la comida en los armarios.
Es imposible transmitir todo lo que hemos vivido en estas dos semanas.
Hemos dormido en Sestriere o en el Mont Ventoux, donde por la noche pensábamos que el viento iba a derribar nuestra autocaravana.
Nos sumergimos en la fantástica Gorge du Meouge.
Dormimos en un lugar diferente casi todos los días:
en los viñedos de mi cuñado
en un pantano, donde vimos estrellas fugaces
en la orilla del mar, después de cenar allí con los amigos
junto a un puente medieval, después de visitar a una tía
cerca de un santuario, desde donde saldríamos al día siguiente para una excursión familiar
al final de una carretera de montaña
en un aparcamiento de un supermercado francés
en Barcelona, Anna y yo en una cama y Teudis y Jordi en la terraza del edificio donde vive mi tía. Querían vivir una noche diferente.
Hemos hecho muchas cosas:
ver pantanos como Darnius
ir a a bañarnos en Portbou, Garbet, Llancà o San Martí d'Empúries.
visitar pueblos medievales como Besalú y San Llorenç de la Muga
caminar en las montañas como Santa Magdalena
saltar en diferentes gorgas como en Francia, Albanyà o Dosquers
pasear por Barcelona como los típicos turistas
disfrutar de una visita guiada a La Vinyeta, la fantástica finca agrovinícola de mi amigo Josep
La vida. La vida pasa lugares y por las experiencias.
Pero la vida también tiene que ver con las personas.
La vida la hacen las personas.
Por eso nos organizamos para estar con la gente que amamos. Y que nos ama.
hemos pasado mucho tiempo con mi hermana y mi cuñado, y a menudo hemos llevado a mi sobrino con nosotros durmiendo con él en la autocaravana.
pasamos dos días con mi tía en Barcelona y cenamos con otra tía en San Joan les Fonts
estuvimos con mis queridas Emma, Lourdes y María Rosa y sus familias, probamos el maravilloso conejo cocinado por una de ellas y disfrutamos del paseo en barco con otra
cenamos con los Josep(s), comimos con Barceló (el mejor amigo de mi padre), charlamos con Angels, Xavi y Cutxi (que son como de la familia para mí) y merendamos con Irene y sus niños.
Mis tres rayos de sol escucharon el catalán durante horas.
Incluso lo hablaron. ¡Y muy bien!
Anna y yo leímos juntos en nuestras nuevas sillas de camping.
Con Teudis hice un maravilloso paseo en bicicleta. Que creo que será el primero de muchos.
Y Jordi siempre fue un encanto.
Yo he corrido por el Cami de Ronda, el paseo marítimo o las Ramblas de Barcelona.
¿Y los despertares? Qué bonitos son los despertares y los desayunos en la naturaleza!
¿Qué hermoso es tomar café bajo un viñedo o al pie de una montaña?
Me encantan esos lugares.
Amo profundamente a la gente que tengo allí.
Me encanta la lengua catalana.
Y me encanta poder transmitir todo esto a mis hijos.
Es imposible.
Es imposible que ocurra algo bueno si no atacas la vida.
Tienes que ponerte a trabajar.
Tenemos que vivir.
No debemos quedarnos quietos.
Nosostros non movemos cogiéndonos de la mano.
Y es maravilloso cuando eso ocurre.
Gracias, hijos míos.
Como siempre, ¡fue precioso!
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