top of page
Cerca
  • Immagine del redattoreEl Pincha Uvas

True spirit (Esp)

He visto una película en Netflix.

True Spirit.

Cuenta la historia de Jessie Watson, una chica australiana que, con sólo 16 años, cruzó el mundo en solitario.


"Podrás hacer lo que quieras", le decía su madre.

"Te trataré igual que a todo el mundo. No te trataré de forma diferente. El mar no hace descuentos"; le decía su instructor.

"Eres mi niña, estarás bien", le decía su padre.


El mundo se puso en su contra. Periodistas, políticos, expertos. Todos estaban dispuestos a juzgarla y criticarla.

"Es demasiado joven". "Sus padres son unos irresponsables". "Es un mal ejemplo".

Pero sus seres queridos, sus afectos más cercanos, la ayudaron.


"¿Sabes cómo terminó?"

Jessie lo consiguió.

"¿Y sabes cuánta gente la esperaba cuando llegó?".

¡¡¡80.000 personas!!!


Estas historias me afectan profundamente. Me hacen pensar.

Esta chica tenía un sueño. Desde que era una niña.

¡Esa aventura era imposible hasta que ella la afrontó y la superó!


¡¡¡Jessie lo hizo porque no sabía que era imposible!!!


No nos detengamos. ¡Demos un paso más!

Un día un joven de 18 años me dijo que siempre le había gustado su amiga.

"Estoy buscando el momento adecuado para decírselo".

"Amigo, el momento adecuado no existe. El momento adecuado es cuando tendráa el valor de decírselo".

¡Chico, ese es tu imposible! Hazlo posible. ¡Da un paso adelante!


La primera vez que salí a correr no pude hacer 700 metros sin parar. Eran los años en que no podía andar después de pedalear 25 km. Luego corrí maratones, crucé media Europa en bicicleta o nadé durante horas.


Lo imposible sólo está en nuestras cabezas.


Pero, ¿por qué? ¿Por qué todos tenemos que convertirnos en algo definido? ¿Por qué todos tenemos que hacer algo que ya se ha hecho antes?

Si no hubiera roto esquemas, no estaría aquí, en el sofá de una casa en una pequeña ciudad a 1.000 km de mi casa, escribiendo textos en un idioma que no es el mío.


Todo me ha traído aquí. Y estoy aquí porque no me conformé.

A los 19 años, me fui al extranjero en la época en que no había vuelos baratos, ni teléfonos móviles, ni internet (o casi).

No conocía el idioma. Confundía "pomeriggio" (tarde) y "pomodoro" (tomate). Imagínate la cara cuando entraba en una tienda y decía: "¡Buen tomate a todos!"🤣.


Mis padres no me bloquearon.

Mis amigos no me bloquearon.

Nadie me bloqueó.

Nunca tendré 80.000 personas esperándome en ningún sitio.

Pero sé que las aventuras aún no han terminado. Al contrario.

No me bloquearon en su día. No me bloquearé a mi mismo ahora.


Cada uno tiene sus propios objetivos. Y todos merecen un gran aplauso.


Jordi ha sido convocado para jugar con el equipo de los más buenos. Creo que se lo merece de verdad (pero yo soy el papá). El día antes del primepartido estaba asustado. No se sentía capaz. Pero cuando saltó al campo afrontó el reto admirablemente. Con coraje. Con grandes atributos. Y fue uno de los mejores.


Anna está trabajando en muchas cosas.

Muchas por las que todos pasamos a los 16 años.

Pero ella no cede ni un centímetro.

Su fuerza podría mover un tren.


¿Teudis?

¿Quiere aprender a montar en monociclo? Lo aprende.

¿Quiere dejarse el pelo largo? Se lo deja.

¿Quiere ir una reunión de un grupo de estudiantes del colegio? Pues va.

Si tiene un objetivo, de una forma u otra, lo consigue.

Y por eso tiene una sonrisa gigante que contagia a todo el que lo ve. Incluido yo.


Jessie Watson se ha convertido en alguien sobre quien se hacen películas.

Nadie hará películas sobre nosotros, ni escribirá libros con nuestra historia.

Pero cada vida merecería ser contada.


Señores y señoras, no nos detengamos solo porque alguien nos diga 'es imposible', 'estás loco', 'nadie te obliga a hacerlo' o 'si fuera yo, no lo haría'...


Si tienes un sueño, persíguelo. No importa si es pequeño o grande. Es el tuyo.

Hijos míos, ¿tenéis un sueño? ¡Perseguidlo! ¡Tendréis todo mi apoyo!



2 visualizzazioni
GPTempDownload (8).jpg

EL PINCHA UVAS

bottom of page