Tú, aunque no lo creas, eres una mariposa.
¿Por qué?
Porque las acciones que hacemos hoy pueden provocar que algo ocurra mañana. Aquí cerca. O al otro lado del mundo.
Nuestras acciones, aunque no lo creamos, pueden cambiar para bien (o para mal) la realidad de quienes nos encuentran.
¿Quieres una frase aún más compleja? Nuestras acciones pueden cambiar a quienes encuentran a los que nos encuentran. Y crear cadenas infinitas.
El otro día publiqué algo en Instagram.
Alguien respondió esto:
Hace nueve años, era el director de un gran restaurante en un Outlet del norte de Italia.
Era una situación muy compleja.
La propiedad era un fondo multinacional con sede en el Reino Unido que no permitía tener una verdadera y profesional gestión del local.
Uno de los empleados que tuve que contratar es la persona que escribió el mensaje.
Era un hombre adulto. Tendría mi edad de ahora.
Había decidido volver a empezar después de haber sido obrero toda su vida.
La empresa había quebrado. ¡Maldita crisis!
Él tenía que mantener a su familia. Tenía esposa e hijas.
Me llamó la atención. A él siempre le había gustado cocinar para los amigos.
En lugar de deprimirse y llenarse de tristeza quejándose de todo, decidió intentar convertirse en cocinero.
Siempre tenía una sonrisa en el rostro. Siempre ayudaba a todos, incluso a los jóvenes recién contratados.
Me gusta la gente así. Me gusta la gente que reacciona ante las desgracias.
No sé qué hice por él. No sé por qué tiene este buen recuerdo de mí y por qué, después de nueve años, me escribe este tipo de mensajes.
En ese tiempo, yo vivía uno de los periodos más duros de mi vida. Poco después, empezaría mi camino como hombre separado.
Y, sin embargo, algo bueno le había transmitido.
Cuando mi papá falleció, recibimos muchos comentarios de personas que nos decían: "Tú no lo sabes, pero nos ayudó mucho". Él fue una mariposa.
Mi mamá no tenía un rol público. Tal vez no tuvo tantos contactos como mi papá. Pero su ejemplo aún educa mi vida cotidiana. Ella fue una mariposa.
Teudissino ayudó a una chica que se había sentido mal en la escuela. Todos sus compañeros se fueron. Él se quedó ahí. A mantenerla despierta. A hacerle preguntas para distraerla hasta que llegaron los socorristas. A hacerle compañía. Él fue una mariposa.
Anna ayudó a una persona en el tren que no se encontraba bien. Fue una mariposa.
Jordi ayudó yendo a propósito a casa de su tío para ver el Milan, aunque él es del Inter. Sabe que a su tío le hace feliz. Fue una mariposa.
Nosotros agitamos las alas. Cada instante.
No sabemos qué provocará esto.
No sabemos si será hoy. O si será dentro de muchos años.
A los 19 años me tatué una mariposa en el tobillo. Testificaba que empezaba a volar libremente por mi cuenta, finalmente. Ahora ya no la tengo.
Pero he comprendido el verdadero significado de las mariposas. Y no es solo la sensación de libertad.
Podemos intentar agitar las alas para que sucedan cosas hermosas. O no.
Son todas elecciones.
Yo sé lo que he elegido.
¿Y tú?
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