Exigimos mucho a nuestros hijos.
Les pedimos que estudien, que aprendan, que elijan la escuela adecuada.
Queremos que sean siempre maduros, con aplomo, educados.
Queremos que sean perfectos.
¡Que abburimiento!
¿Podemos dejarlos tranquilos un poco?
¿Podemos dejarles ser lo que tienen que ser y quieren ser?
Estoy cansado de ver a los padres llevando bolsas de fútbol a chicos que miden 1,80 metros.
Estoy cansado de los padres que hace los deberes a sus hijos para evitar que les pongan una nota.
Estoy cansado de los padres que sobreprotegen a los niños pero luego les piden que sean independientes.
Estoy cansado de ver adultos tristes.
Estoy cansado de ver a los adultos centrados en sus smartphones en lugar de en las personas.
Pedimos a los niños que sean como nosotros queremos que sean.
Pero nosotros, los adultos, la sociedad, ¿estamos seguros de que les estamos ayudando?
Anna, de tercer año del instituto linguístico, ha tenido 6 profesores de alemán diferentes en 3 años. ¡Y digo 6! Y para muchas asignaturas el profesor ni siquiera existió durante tanto tiempo.
Otros profesores no sabían cómo responder a simples preguntas gramaticales planteadas por los alumnos que querían entender las reglas. El adulto que tenía que enseñar no conocía su materia.
Un profesor de una asignatura optativa, en tres años, habrá ido a clase el 20% de las horas. Casualmente (?) siempre se ausentaba los sábados.
¿Cómo podemos esperar que los chavales se apasionen por el estudio si los adultos no nos apasionamos por enseñarles?
A Teudis, 1er año del instituto artístico, se le pide que vaya a la escuela los sábados para hacer 2 horas de suplencia (la semana pasada) y 4 horas de suplencia (hoy).
¿Sabe lo que significa tener un suplente en Italia? Que un profesor hace de suplente en varias clases al mismo tiempo. Ergo, los niños están solos toda la mañana.
A veces hacen deberes pero, justamente, la mayor parte del tiempo están sentados en clase sin hacer nada.
¿Cómo podemos esperar que se apasionen si el "sistema" ni siquiera les da la opción de tener profesores en el aula?
Muchos niños sólo ven a adultos como estos:
- Padres que no quieren ser padres.
- Profesores cansados de enseñar.
- Entrenadores que apenas conocen las reglas.
- Adultos que experimentan el "síndrome de Peter Pan".
- Adultos que se quejan de todo y de todos.
Pero, ¿qué exigimos a estos chicos si esto es lo que son los adultos?
Pero, ¿a dónde queremos ir?
Por eso no les pido a mis hijos que "estudien, estudien y estudien".
Uno se madura y aprende estudiando. Por supuesto.
Pero la nota y la escuela, no es el único lugar para crecer y aprender.
Quiero que mis hijos sean responsables. Pero porque entienden su valor y no porque yo se lo imponga.
Quiero que mis hijos estudien. Pero porque les apasiona y no porque les hagamos sentir buenos o malos en función de una nota.
Quiero que mis hijos sean curiosos, buenos y que tengan amigos.
Lo que nosotros, como "sistema", les decimos es:
"teneis que ir a clase, esto es más importante que el hecho de que haya un profesor en el aula".
El mundo trabaja en proyectos, en habilidades transversales, en organización modular. Nostros les hacemos ir a escuelas que llevan 100 años funcionando de la misma manera.
Algo está funciando mal.
Quiero que mis hijos sean "pensantes", que comprendan el valor del sacrificio, que se apasionen por sus amigos, que se enamoren, que sean creativos, que busquen soluciones a los problemas en lugar de quejarse de que existen, que se lleven bien entre ellos y que comprendan el valor de las pequeñas cosas.
Hoy han cancelado los trenes.
Teudis no ha podido ir a la escuela.
ha podido disfrutar de la compañía de Jordi.
Probablemente ha aprendido mucho más que estando en un aula sin profesor.
Hijos míos.
Continuad así. Sóis un espectáculo.
Estoy enamorado de vostros y de vuestra generación.
El mundo es mucho más bello de lo que algunos adultos os transmiten.
Por favor, abrid los ojos.
Y seguid lo que os apasiona.
Y tu, adulto, ¿qué quieres transmitir a los jóvenes?
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