21.05.2025 (esp)
- El Pincha Uvas
- 20 mag
- Tempo di lettura: 2 min
Cuarenta y siete.
Cuatro, siete.
Estos son los años que han pasado desde el día en que nací.
Estos son los años que cumplo hoy.
Esta cifra es muy importante para mí.
Es un cumpleaños realmente especial. Mucho más que otros.
Mi mamá se llamaba Anna.
Un tumor se la llevó hace muchos años.
Mientras estaba enferma, nos dijo que "yo ya hice lo que tenía que hacer".
Ya no tenía estímulos. Tal vez ya no tenía deseos para sí misma.
Para ella, la estación final había llegado. Stop. Punto y final.
No le gustaba que fuera así... pero le iba bien que fuera así.
Mi mamá falleció el 10 de diciembre de 1999.
Tenía 47 años.
La edad que cumplo yo hoy.
El día que falleció, yo tenía 21 años.
Siempre me he preguntado cómo me sentiría el día que cumpliera 47.
Caray, ese día es hoy.
Y caray, sé muy bien cómo me siento.
Tengo la barba blanca. Ya no es negra como antes.
Veo aparecer arrugas alrededor de los ojos que nunca había visto antes.
La piel de los brazos ya no es elástica ni brillante como solía ser.
A menudo hablo de los viejos tiempos, y uso palabras que hacen reír a los más jóvenes.
Trabajo con chicos que no habían nacido cuando yo ya había vivido mil vidas.
Y probablemente, he vivido más años de los que viviré.
Si el día que mi madre falleció me hubiera preguntado cómo me imaginaría a los 47, habría descrito una vida diferente.
Creo que también me habría imaginado a mí de otra forma.
¿Pero sabes una cosa?
Yo nunca podré decir: "yo ya hice lo que tenía que hacer".
Tengo 47 años.
He llegado hasta aquí luchando, superando obstáculos.
He trabajado mucho para estar aquí.
Me esfuerzo mucho para estar aquí, así.
Tengo tres rayos de sol que iluminan cada vez más el camino.A veces son cegadores. Irradian una luz poderosa.
Tengo la mejor vida que podría tener.
Hace muchos años que pienso que hay que disfrutar cada instante, cada oportunidad.
Hace muchos años que lucho por perseguir sueños y alcanzar metas que imaginaba inalcanzables.
Hace muchos años que trabajo en la sombra para poder vivir en la luz.
Cada día es especial. Lo sé.
Pero desde hoy, cada día será un don, un regalo.
Cada día será una oportunidad que mi madre no pudo tener.
Viviré por mis hijos.
Viviré por mí.
Y viviré por ella.
Gracias, mamá.
Ahora tengo 47, como los que tú tenías.
Te hecho de menos.
Pero yo aún quiero correr, besar, gritar, abrazar, sonreír, crear, destruir, equivocarme, acertar, sudar, dormir, beber, educar, construir, recordar, oler, saborear, tocar, leer, escribir, acoger, ayudar, conocer, pedalear, nadar, descansar, amar, esperar, buscar, imaginar, soñar, perseguir, esperar, crecer.
Todavía deseo todo.
Quiero vivir.
Veo el futuro y mi cabeza nunca se queda quieta.
Veo amigos, ideas, pensamientos, proyectos, personas, deseos.
Veo el futuro. Y no puedo esperar para vivirlo.
Todo es hermoso.
No hay tiempo que perder. No sabemos cuánto se nos dará.
Disfrutémonos todos.
Disfrutémoslo todo.
Amemos lo bello.
Busquemos la luz.
Y sonriamos.
La vida es bella.
No lo olvidemos nunca.
Cuarenta y siete. 47.
Feliz cumpleaños para mí..

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