Sucedió que tres chicos quedaron huérfanos.
La madre dejó este mundo con un acto extremo en el mes de marzo.
El padre falleció de cáncer dos meses después.
Los chicos tienen 18, 17 y 8 años.
Ahora viven solos, con la ayuda de los tíos y los abuelos.
Son tres chicos especiales, fantásticos.
Con algunos amigos decidimos ponernos manos a la obra para intentar ayudarlos.
Por eso abrimos la campaña "No los dejemos solos".
En tres semanas ya hemos recaudado 8.000 euros donados por más de 200 personas.
¿Os hablaré de la historia de estos chicos? No.
Quiero contar lo que ha sucedido después. Quiero que penseis en el bien que ha surgido alrededor de esta historia.
Ha habido personas que se han unido para hacer donaciones en grupo;
Algunas clases de la escuela donde estudia uno de los chicos se han juntado para ayudar;
Ha habido eventos deportivos locales que han decidido hacer colectas para contribuir;
Una señora mayor donó 500 euros a pesar de tener una pensión modesta porque "quiero apoyar a estos chicos";
Una iglesia de la zona decidió donar un sustancioso paquete de alimentos cada dos semanas;
Un triatleta que en septiembre participará en el Ironman 70.3 de Cervia abrirá una campaña para unir su desafío deportivo a la recaudación benéfica;
Unas atletas de Pavía que en otoño participarán en la Media Maratón de Atenas abrirán una campaña de búsqueda de fondos;
Algunos ciclistas (incluyéndome a mi) que harán la Vía Francígena en bicicleta difundirán la recaudación durante su recorrido;
Una ONG local nos contactó porque quiere hacer una donación que, gracias a la cantidad, dará "un gran empuje";
Algunas personas nos han contactado directa e indirectamente porque pensaban que la recaudación era una estafa. Cuando nos conocieron, difundieron el enlace a todos sus contactos;
y mucho más.
En este mundo a menudo estamos acostumbrados a pensar en lo peor. Razonamos en negativo.
La sociedad nos educa así, por desgracia.
Lo vemos en los noticieros, en los comentarios que hacemos entre amigos, en los campos deportivos, en el bar, en la política. Lo vemos entre parejas. Lo vemos en todas partes.
La situación de los chicos es absurda y dramática. Claro.
Podríamos pararnos a compadecer a los chicos. Podríamos decir que la vida es injusta (¡y a veces lo es!).
Podríamos no ver nada más.
Pero, ¿qué pasaría si pusiéramos el foco de atención (también) en las cosas buenas?
Podríamos pensar que, a pesar de la desgracia, los chicos son rocas, que son un ejemplo de fuerza y coraje para todos.
Podríamos pensar que deberíamos aprender de ellos y dejar de quejarnos por cualquier tontería.
Podríamos pensar que un "pueblo de bien" se ha movilizado alrededor de ellos.
Podríamos pensar que no todo está perdido.
Es una cuestión de puntos de vista. ¿Qué quieres ver tú?
No nos dejemos solos.
No los dejemos solos.
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Aquí está el enlace de la campaña
Puedes usarlo para hacer una contribución o para difundirlo a toda tu red de contactos.
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