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La Francigena (esp)

Immagine del redattore: El Pincha UvasEl Pincha Uvas

Estamos en 2018.

Pocos meses antes había cambiado de vida.

Me encontraba en un país nuevo, en una casa por llenar.

Podía hacer muchas cosas.

Tumbarme en el sofá. Mirar el techo. Comer patatas fritas y beber cerveza.

Podía tranquilamente pasar el tiempo quejándome de todo. Y de todos.


En cambio, tomé una libreta negra y escribí:

"100 cosas que hacer antes de no poder más".


Y comencé a escribir lo que se me ocurría...

  • pedalear desde Vidigulfo a Figueres

  • hacer otra maratón

  • vender mis productos de carpintería

  • hacer el Camino de Santiago

  • visitar la Patagonia

  • escribir el libro de mi historia

  • hacer la travesía a nado del estrecho de Messina

  • participar en un Ironman

  • y muchas otras cosas


Algunas cosas no las he hecho todavía. Muchas otras sí. Y otras más tomaron otras formas.

No escribí un libro, pero creé un blog.

No corrí otra maratón, sino tres.

No hice todo el Camino de Santiago, sino solo los últimos 120 km.


Muchas cosas las haré. Lo sé.

Y además he hecho muchas que no estaban escritas en esa libreta.


Era el inicio de 2018. Puse en blanco y negro cosas que tenía en mente desde hacía un tiempo. En una de las líneas estaba escrito "hacer la Vía Francigena".


En la Pascua de 2018, la primera que pasé solo, caminé una de las partes más duras, la de Fornovo a Aulla atravesando el Paso de la Cisa.

Pero no me bastaba. En mi cabeza quería ver más cosas. Quería hacer más.

Así que hace algunos años tomó forma la idea de hacer la Francigena en bici partiendo del Paso Gran San Bernardo. Quería hacerlo en una pausa navideña.


Si hay gente que pedalea en el Ártico, ¿por qué no puedo hacerlo yo en Italia en diciembre? ¡Basta con equiparse bien!


Esa "mentalidad" de "basta con equiparse bien" me ha servido para hacer muchas cosas.


A menudo somos asaltados por la famosa "teoría de los pretextos", esa desviación mental que nos hace encontrar mil excusas para justificar las "no decisiones".

Al diablo con los pretextos falsos. Hay que esforzarse. Hay que desear. Hay que ser constantes. Punto.


Y entonces empecé a contar a algunos amigos que quería hacer la Francigena en bici partiendo desde Milán. No tengo tiempo para hacerla toda.


"Mauri, ¿tú vendrías?"

"Déjame pensarlo.... ok, me apunto".


Y luego, un día, de la nada, me llega un mensaje en Instagram de Gianluigi.


"Teudis, he visto un post donde estás planeando ir a Roma. ¿Me puedo unir?"

"Obvio que sí".


Soy Maurizio Riello y Gianluigi di Vattimo, que se convirtieron en grandes compañeros de viaje.


Nos encontramos en una pizzería, en la zona de Rogoredo. Decidimos fechas y nos dividimos las tareas.

Alguien diseña la ruta, alguien piensa en la configuración de la bici, estudiamos neumáticos y reservamos los hoteles.


Del 21 al 24 de junio vivimos una gran aventura.

Fueron unos 800 km y 8000 m en 4 días.

Aproximadamente 180 km x 1800 m de media por día.


Comencé a pensarlo a finales de 2017. Lo escribí en la libreta de 2018. Sucedió en 2024.

Cada cosa tiene su tiempo. Cada cosa tiene su momento.


Llenamos el alma, respirando frescura y amistad.

Regamos el corazón, para que siempre esté vivo y lata fuerte.

Educamos los ojos a ver lo bello, para que tengan el deseo de buscarlo en todas partes.


No nos paramos aquí. Continuamos. Siempre.

Una nueva vida nos espera.




 

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EL PINCHA UVAS

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