Vittoria, 13 años. Hará un testimonio con Jordi para los niños de una guardería para contarles por qué para ella es importante ser voluntaria en una actividad benéfica junto a su mamá. Está creando pequeños diplomas para entregar a los niños al final del relato.
Alice, 26 años. Se lleva consigo a 16 chicos de un oratorio, los involucra, los anima, los acompaña. Y además, se convierte en la responsable de un "Grupo de cocina" donde, junto con sus amigos, se encarga con cariño de la preparación de 80 comidas para entregar cada dos domingos a las personas necesitadas.
Emma, 15 años. Después de participar en una velada con su mamá y su hermana, decide ir a hablar con su vicedirectora para pedirle organizar algo en su escuela.
Bea, 17 años. Está loca en el buen sentido, siempre alegre y sonriente. ¿Hay que clasificar ropa? Ahí está ella. ¿Hay que ir a donarla un domingo por la noche? Ahí está ella. ¿Hay que cocinar? Ahí está ella. En fin, ¡ella siempre está!
Jordi, 12 años. Antes de Navidad fue a hablar con su directora para pedirle organizar una recolección de ropa para ayudar a las personas sin hogar. Pronto dará un testimonio en una guardería junto con Vittoria.
Ludovica, 19 años. Su papá es administrador de una escuela privada. "Papá, ¿crees que sería posible usar las cocinas para preparar comidas calientes para 80 personas sin hogar?". Esto se convierte en otra pieza clave que da forma a un hermoso "Proyecto Comida" que involucrará a muchos de sus compañeros.
Teudis, 16 años. Es un apasionado de las "cosas artísticas" y pone a disposición sus habilidades en diseño gráfico y edición de video. Crea logotipos, folletos y presentaciones. Ayuda tanto con su creatividad comunicativa como con su gran capacidad para involucrar a las personas durante las noches de donación. Y además, sucede esto: "Papá, ¿vendrías a hablar sobre lo que hacemos juntos en la jornada de cogestión de mi escuela?". Obviamente, respondí que sí.
Bea, 26 años. Es profesora en una escuela secundaria donde ha propuesto encuentros de sensibilización, recolecciones de bienes primarios e involucra a padres y estudiantes. Además, junto con Davide (22 años), decide liderar un "Proyecto Escuelas" para difundir la iniciativa benéfica en otros centros educativos.
Alessio, 14 años. Su papá le pregunta: "Ale, ¿el domingo quieres venir a cortar fruta para hacer 40 macedonias y llenar bandejas con pasta con salsa que entregaremos a quienes lo necesiten?". "Sí, papá, ahí estaré".
Anna, 18 años. Gestiona y organiza las noches de donación, en las que siempre participan más de 40 personas. Decide cuánta ropa llevar, cuántos grupos donan ropa y cuántos grupos donan comida en función del número de voluntarios presentes. Cada noche organiza los grupos teniendo en cuenta la sensibilidad de cada uno, la edad, el género, los deseos, las habilidades, la experiencia y mucho más.
Ada, 21 años. Es voluntaria junto con su papá. Es sensible, de buen corazón. Los dos juntos son un dúo fantástico. Para asistir a las noches de donación, conducen más de una hora y regresan a casa casi a la una de la madrugada.
Habría muchísimos más ejemplos de jóvenes que se esfuerzan. Ejemplos de chicos y chicas de oro.
Nosotros, los adultos, solo podemos apoyar.
Nosotros, los adultos, solo podemos observar.
Nosotros, los adultos, solo podemos aprender.
Gracias, chicos.
Su energía nos inspira y nos ayuda a seguir adelante.
¡Vivan los jóvenes!
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