Ir a la zona de la Romaña con tu hija y pararte a dormir donde quieras porque ser propietario de una autocaravana significa amar la libertad.
Dormir con tu hija en tu autocaravana para ver a tus hijos jugar un torneo de fútbol en Semana Santa.
Despertarte y preparar el café a tu hija.
Despertarte y oír "papá, ¿hago el café?".
Ver a tu hijo pequeño jugar un torneo de fútbol en Romaña, en un campo en el que jugó su hermano cuando él tenía la misma edad.
Hablar durante horas con tu hija, de todo.
Sentirte feliz al ver que tus hijos se alegran de que estés allí.
Tumbarse en el césped con tu hija y disfrutar juntos de spritz y patatas fritas.
Poder decirle a un chico de 15 años: "¿te acuerdas de que este es el torneo en el que hace 6 años me pedías en cada partido que no dejara de animarte?".
Caminar por la playa cuando se hace de noche.
Ver a tu hijo abrazando a tu hija sin sentir vergüenza, como todos los demás adolescentes.
Decir al mismo tiempo lo mismo que tu hija. Y darte cuenta de que esto ocurre muy a menudo.
Comprarle a tu hijo pequeño una merienda para que se la coma después del partido.
Ver el partido con Samuel, el hermano pequeño de uno de los compañeros de Teudis. Y descubrir que en el partido siguiente te busca porque quiere volver a estar contigo.
Llevarle el almuerzo a un niño que fue al torneo sin sus padres.
Hacer un "abrazo de familia".
Llegar donde está el equipo de los chicos de 15 años y descubrir que vienen a saludarte porque se alegran de verte aunque sólo seas un padre más.
Recibir un mensaje de una madre agradeciéndote que "haces que estos viajes sean más agradables gracias a vuestra presencia".
Oír a tu hijo pequeño decir "estoy muy orgulloso de mi hermano, que ha jugado la final".
Empezar el partido sabiendo que el equipo de tu hijo lo va a perder, pero también sabiendo que no te importa porque estás ahí por él y no por el resultado final.
Estar en el paseo marítimo con tu hija y comer una hamburguesa con patatas fritas y cerveza.
Entender a los hijos del otro sin tener que usar siempre palabras.
Ver a Jordi salir enfadado cuando pierde porque le importa tanto como a mí a su edad.
Que un papá te agradezca un gesto y le escriba que "la amistad es algo importante".
Ver a tu hijo acercarse a ti y a su hermana mientras llora de emoción por haber ganado la semifinal contra un equipo mucho más fuerte.
Ver el vídeo de todo el club celebrando al equipo de Teudissino cuando regresa al hotel tras quedar segundos en el torneo jugando la final en un estadio de la Serie C.
Ser feliz por haber estado allí y haber podido vivir todas estas experiencias.
