Cuando eres niño y te enamoras probablemente ni siquiera tengas barba.
Pero te sientes como si no entienderas nada.
Cuando te enamoras, como adulto, ya tienes barba, alguna experiencia y toda la vida por delante.
Pero de nuevo sientes como si no entienderas nada.
Cuando conoces a alguien y te enamoras localmente, la vida cambia. Y lo hace para mejor.
A partir de ese momento, después de conocer a esa persona, todo se vuelve hermoso. Todo se vuelve nuevo.
Vas a la escuela con más placer.
Ella te invita a estudiar. Y tú, que nunca has estudiado en tu vida, empiezas a meter la cabeza en los libros.
Descubres nuevos colores nuevos .
Saboreas cosas viejas pero que parece que tengan un gusto especial.
Los días parecen durar como un parpadeo.
La vida te parece excepcionalmente bella.
Cuando estás con ella, con tu novia, pareces un tonto.
Eres feliz.
Deseas que esa euforia tuya nunca desaparezca.
Estás enamorado.
Y cuando lo estás, el mundo parece sonreírte.
Esa es la sensación que tengo cuando pienso en mi tierra.
Catalunya es casa.
Es ese amor que te abraza. Que te atrae.
Catalunya es el olor del césped del campo de fútbol recién cortado. Es la sal del agua del mar en tu piel.
Catalunya es el río donde bañarse. Es un vaso de vino de mi zona.
Catalunya es la cara de los amigos que te han visto crecer, y en los que siempre puedes volver.
Catalunya es la familia, la hermana, el cuñado, el sobrino, las tías, el primo.
Cataluña es la lengua, la historia, la solidaridad del pueblo.
Catalunya es la gente, la capacidad de luchar.
Catalunya es el color de las flores en los balcones de Barcelona, pero también el trekking en las montañas.
Cataluña, mi tierra, es diferente de esa chica de la que te enamoraste.
La tierra es diferente.
La Tierra no te abandona. Nunca lo hará.
Siempre estará ahí.
Te espera.
Te atrae.
Y cuando la ves de nuevo, todo vuelve a su sitio...
Hoy es 11 de septiembre.
Hoy es la fiesta de Cataluña.
Es la Diada.
Mi tierra.
Te quiero.
Y te extraño.
Y amo y extraño todo lo que tengo en ti.
Yo, aunque estoy lejos, te pertenezco.
Y tú, aunque estés lejos, sé que nunca me dejarás.
