"Quien se para está perdido".
Las cosas positivas suceden cuando estás en movimiento (no necesariamente desde el punto de vista físico), si estás activo, si creas, si inventas, si te propones, si te involucras.
Quietos, en el sofá, quejándonos de todo y de todos, será difícil que nos pase alguna cosa bonita e inesperada.
"Que nadie nos quite los sueños".
Estamos en un mundo que tiene muchas reglas.
Pero las nuestras no son las mismas que en Vietnam o en la profunda selva amazónica.
Lo que le gusta aquí, no necesariamente es igual allí. O viceversa.
No necesariamente hay que someterse a lo que el mundo quiere de nosotros y renunciar a lo que somos o deseamos.
El mundo es vasto. Nuestros pensamientos también.
¿Tienes sueños? Trabaja para que se hagan realidad.
Muchos parecen imposibles. ¡Pero solo hasta que los logras!
"La cosas bonitas traen cosas bonitas".
Vivir cosas hermosas, llenar el corazon de belleza, amar lo bello, trabajar para encontrarlo y educar los ojos para verlo es un trabajo diario.
Pero cuando sucede, el mundo cambia de color.
Y cuando puedes transmitir estos colores a los que te rodean, impregnas a todos de algo inesperadamente positivo.
Y de cosas bonitas, surgen muchas más.
Son frases que a menudo pienso, escribo y digo.
Creo en ellas.
Estamos en enero.
Nicoló y yo estamos entrenando para una maratón.
De la nada decidimos aprovechar unos días libres para hacer juntos un trekking invernal en tienda de campaña.
Mientras caminamos decidimos perseguir un sueño: hacer un buen viaje en bikepacking en agosto.
Decidimos combinar las tres frases:
"Quien se detiene está perdido", "que nadie nos quite los sueños" y "lo bello trae cosas bellas".
"Nico, me gustaría ir del Atlántico al Mediterráneo en bicicleta pasando por los Pirineos".
"Vale, ok, pero no tomaremos un segundo avión para volver a Milán. Lo haremos en bicicleta".
"Estoy de acuerdo".
A partir de ahí estudiamos rutas y materiales. Aprendimos un poco sobre la mecánica de la bicicleta y tomamos muchas decisiones sobre economía, logística y organización.
Nos entrenamos. Pero tampoco tanto.
Y involucramos a amigos y conocidos porque "las cosas buenas hay que contarlas".
Del 14 al agosto, y durante 13 días, pedaleamos 1.800 km y 2.200 metros de desnivel.
Partimos de Biarritz, en el Atlántico francés.
Cruzamos todos los Pirineos hasta la casa de mi hermana en el Mediterráneo.
Hemos visto la Occitania, la Camarga y la Provenza (la de las películas) para llegar a Italia desde el Colle della Lombarda a 2300 metros y volver a casa desde Cuneo, Alba, las colinas de Asti y la llanura padana.
Hemos:
visto paisajes fantásticos
pedaleado con todas las condiciones meteorológicas
pinchado varias veces y arreglado algunos problemas técnicos de poca importancia
dormido en una tienda de campaña durante 13 noches, en campings, pero muy a menudo también ocultándonos de los ojos de los campesinos que nos hospedaban sin saberlo
hablado italiano, catalán, español, francés, inglés y alemán
comido mucho y de todo
cenado y dormido en casa de personas desconocidas
respondido muchas veces a preguntas de personas que nos encontraban
llorado al saludar a mi familia
encontrado caballos, vacas, ovejas, zorros, cervatillos y ciervos
olido lavanda, vino, romero, menta, sal del mar, tierra
comido uvas, manzanas e higos salvajes
sudado, pero menos de lo que pensábamos
Y finalmente, utilizado el tiempo para pensar en nuestras futuras aventuras.
Han salido muchas ideas, que quizás poco a poco vayan tomando forma.
Pero sobre todo ha quedado el deseo de continuar este camino de vida porque hemos vivido una experiencia plena, hermosa, profunda e inolvidable.
"La cosas bonitas traen cosas bonitas".
Y este viaje ha sido realmente único. Profundo.
Hemos plantado una gran semilla.
Esperemos que haga florecer una gran flor.
Sigue con tus sueños.
No te quedes quieto.
Busca las cosas bonitas.
Y recogerás tus flores.
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